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Baterías electricas

Vulnerabilidades asociadas a la fabricación de baterías eléctricas

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VULNERABILIDADES ASOCIADAS A LA PRODUCCIÓN DE BATERÍAS PARA ELECTROMOVILIDAD

La transición hacia la movilidad eléctrica ha experimentado un auge significativo en los últimos años, con un enfoque creciente en la fabricación de baterías eléctricas para impulsar vehículos eléctricos y la electrificación de medios de transporte. 

La cadena de valor de la fabricación de baterías eléctricas se estructura en torno 4 grandes grupos de actividades: la extracción y transformación de las materias primas, la producción de las baterías, el uso y aplicación de las propias baterías y su posterior reciclaje. Además, hay servicios auxiliares como el transporte, la distribución o el almacenamiento que es transversal a varias fases de la cadena de valor, como la investigación, el desarrollo y la innovación, que se puede aplicar en cualquiera de los eslabones de la cadena de valor.

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Extracción y transformación

En relación con el marco regulatorio, si bien normativas como el Reglamento (UE) 2021/1119 y el más reciente Reglamento (UE) 2023/1542, han sentado las bases para garantizar la sostenibilidad y seguridad en el sector, la evolución tecnológica y los nuevos desafíos del mercado han dejado obsoletas algunas normativas. Esto requiere una actualización continua para mantener el alineamiento con las nuevas exigencias del sector. El Reglamento 2023/1542, en particular, introduce conceptos novedosos como el pasaporte digital de baterías y la responsabilidad ampliada del productor, esenciales para mejorar la trazabilidad y el cumplimiento de los objetivos climáticos de la UE.

El análisis de la cadena de valor ha permitido identificar las fases clave desde la extracción de materias primas hasta la fabricación y reciclaje de las baterías. La dependencia de terceros países para el suministro de materiales como el litio y el cobalto es una vulnerabilidad fundamental que afecta a la autonomía energética europea. Además, se resalta la importancia de integrar tecnologías más sostenibles a lo largo de toda la cadena de valor para reducir el impacto ambiental y social de estos procesos.

El análisis de la cadena de valor de las baterías para la electromovilidad señala que España depende en gran medida de unas pocas fuentes para obtener ciertas materias primas estratégicas, según datos de la Comisión Europea. Esto hace que algunas de ellas sean especialmente críticas debido a la limitación y concentración de su suministro,

Actualmente, la mayoría de  estas materias primas se concentran concentran el origen de  sus importaciones en un solo país, especialmente en el caso del titanio, niobio y cobalto. Excepto en el caso del cobalto, la mayoría proviene de fuera de la Unión Europea, lo que aumenta el riesgo de interrupciones en la cadena de suministro ante tensiones geopolíticas o restricciones comerciales. En particular, España depende en gran medida de Mozambique para el titanio y niobio, de Sudáfrica para el manganeso, y de Estados Unidos para el cobre y grafito. Esta concentración limita las opciones de abastecimiento y dificulta la diversificación. Además, la producción en la Unión Europea es casi inexistente, representando menos del 1% de las reservas mundiales, lo que deja a España y a Europa en una posición vulnerable frente a fluctuaciones del mercado o barreras comerciales. 

En este contexto, además de la falta de diversificación en el suministro de materias primas para baterías, España mantiene relaciones comerciales en las que los países exportadores tienen múltiples destinos para sus exportaciones, dejando a España en un segundo plano y con un bajo poder de negociación. Esta situación expone al país a mayores riesgos de interrupciones en la cadena de suministro o a la implementación de políticas comerciales restrictivas, ya que otros mercados generan un mayor volumen de ingresos para esos exportadores.

Debido a estos factores, es fundamental que España implemente medidas para diversificar sus fuentes de suministro, en línea con los objetivos de la Unión Europea para 2030, que establecen que no más del 65% del consumo anual de cada materia prima estratégica provenga de un solo país externo. Además de diversificar sus relaciones comerciales, España necesita fortalecer sus vínculos existentes para mejorar su posición en el mercado y convertirse en un socio comercial clave a corto, medio y largo plazo. Este enfoque será determinante para garantizar el suministro de materias primas críticas, dado que el país carece de reservas significativas y la producción nacional es muy limitada.

En línea con el cumplimiento del objetivo establecido en el Reglamento (UE) 2024/1252 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 11 de abril de 2024, orientado a garantizar que al menos el 10% del consumo anual de la UE se extraiga de la propia UE, la minería en España requiere de una profunda reactivación que permita investigar las materias primas existentes en el subsuelo de la península ibérica e impulsar la extracción minera que permita incrementar la disponibilidad local de dichas materias primas, fomentando la autonomía estratégica y la dependencia de dichas reservas exteriores a la UE y a la OCDE. 

Además de asegurar el suministro, fortalecer la capacidad industrial y promover la colaboración entre los Estados Miembros, el reciclaje y la economía circular se presentan como soluciones clave para disminuir el uso de recursos, reutilizar los materiales importados al final de su ciclo de vida, y reducir la dependencia de nuevos insumos de terceros.

Los datos del RMIS de la Comisión Europea revelan que actualmente, las materias primas presentan un porcentaje muy bajo de material reciclado como insumo en el sistema productivo. En 2022, España alcanzó una tasa de circularidad del 7% en el uso de materiales, por debajo del 11,5% de la media europea y muy lejos de países como Países Bajos, Bélgica, Francia o Italia, todos con porcentajes superiores al 15%. 

A modo de resumen sobre las conclusiones que emanan del estudio realizado tanto mediante la Metodología para la identificación de recursos estratégicos como por medio de la Metodología de análisis prospectivo, se puede concluir:

  • Respecto a las materias primas críticas:
    • Las que presentan mayor criticidad son: cobre, manganeso, silicio, titanio, niobio y cobalto.
    • Estas materias son fundamentales para la fabricación de baterías eléctricas, siendo partes fundamentales desde el cableado hasta los cátodos.
    • Existe una alta dependencia exterior en muchos casos y, por ello, un significativo riesgo de suministro.

 

  • A nivel de componentes:
    • Únicamente los espectómetros tienen una alta dependencia exterior.
    • No se ha identificado ningún producto o componente que presente una alta criticidad.

 

  • Proyección de riesgo futuro de materias primas:
    • El iridio mantendrá un riesgo medio a futuro debido a su concentración de producción y dependencia de pocos países.
    • Materias primas como el cobre, litio, manganeso y níquel mostrarán un riesgo prospectivo bajo, lo que supone una mayor estabilidad en su disponibilidad futura. Esta estabilidad se debe a una mayor diversificación de las fuentes de suministro y a un menor riesgo geopolítico asociado con estos materiales.
       
  • Como posibles medidas de mitigación ante estos riesgos y, que deben sustentar la propuesta de medidas incluida en el siguiente apartado, además de incluir mayor especificación y detalle:
    • Es crucial impulsar el reciclaje y la recuperación de metales, especialmente para materiales como el iridio, difícil de obtener y procesar.
    • La diversificación de fuentes de importación es esencial para mitigar riesgos geopolíticos y garantizar la seguridad del suministro.
    • Es necesario fortalecer la capacidad interna de procesado y la extracción dentro de la UE para reducir la dependencia de terceros países.